Tras la presentación a inicios de este año del Anteproyecto de la Taxonomía de Actividades Económicas Medioambientalmente Sostenibles (T-MAS) - una política pública diseñada para identificar y homologar cuando las actividades económicas se llevan a cabo de manera medioambientalmente sostenible- ahora, el desafío pendiente es la construcción de un documento final que permita su implementación. En ese contexto, durante abril la jefa de la Oficina de Finanzas Sostenibles del Ministerio de Hacienda, María Paz Gutiérrez, expuso en diferentes actividades relacionadas con este tema y ofreció una actualización sobre la evolución de la Taxonomía Chilena, enfatizando los proyectos que se desarrollarán en 2025 para avanzar en su implementación. 

El primer espacio de conversación se desarrolló el jueves 24 de abril en la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), oportunidad en que Gutiérrez destacó los próximos desafíos y proyectos concretos del Ministerio de Hacienda en cuanto a la Taxonomía para el 2025, y explicó cómo este concepto es una herramienta clave para movilizar financiamiento y evitar acusaciones de greenwashing. 

La actividad contó con la participación de la Gerenta de Sostenibilidad de la Cámara de Comercio de Santiago, Verónica Torres, quien resaltó la importancia de que las empresas se mantengan actualizadas sobre estos avances para garantizar su competitividad. También expuso la consejera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España y presidenta de la Plataforma de la UE sobre Finanzas Sostenibles, Helena Viñes, que compartió la experiencia de la implementación de la taxonomía europea, detallando el proceso seguido, los desafíos enfrentados y los logros alcanzados hasta la fecha. A ellas se sumó la directora General de Estudios de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Nancy Silva, quien explicó cómo la taxonomía puede complementar los actuales esfuerzos de la CMF en torno a generar mayor transparencia y confianza en los mercados financieros.

La segunda jornada tuvo lugar el viernes 25 de abril y fue organizada por el Centro Futuros Empresariales y el Magíster en Negocios Sostenibles de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI). Allí, María Paz Gutiérrez expuso en el seminario "T-MAS: la aplicación de la taxonomía en la sostenibilidad corporativa" y presentó ejemplos de la implementación de la taxonomía europea como referencia para entender los posibles retos y oportunidades que las empresas locales pueden enfrentar.

Durante la actividad, Gutiérrez explicó que “la Taxonomía no busca generar más trabajo a las entidades, sino proveer un servicio para que las entidades puedan homologar su criterio, compararse, facilitar el financiamiento y aumentar su reputación. Esto tiene muchas formas de implementarse. Si estamos hablando del sector real se les puede pedir, por ejemplo, porcentaje de CAPEX, de OPEX o de facturación alineado a la taxonomía. Se les puede pedir para temas de emisión de deuda sostenible, etcétera”, ejemplificó. 

Asimismo, precisó que la importancia de tener una Taxonomía radica en que “fomenta la transparencia y la eficiencia en los mercados mediante un lenguaje común. Lo que está pasando hoy es que hay entidades que están poniendo información en el mercado, pero muchas veces esta información no es comparable”. Además, “facilita la identificación de inversiones sostenible, el acceso a financiamiento y las oportunidades de inversión. Acá vamos a tener por detrás un sistema que está respaldado por un Estado que sigue lineamientos internacionales”, comentó.

En cuanto a lo próximos pasos respecto a la implementación de la Taxonomía, la jefa de la Oficina de Finanzas Sostenibles del Ministerio de Hacienda señaló que en mayo de este año se debiese definir el documento final y que tienen comprometidas cinco consultorías a trabajar durante todo este año. 

“El primero es un apoyo de implementación específicamente para el sector productivo. Vamos a hacer talleres específicos por cada uno de los sectores económicos con casos hipotéticos. Entonces, por ejemplo, un caso hipotético es un proyecto que tiene actividades de agricultura y vamos a ir paso por paso. Paso uno: La taxonomía dice que tiene que cumplir con contribución sustancial, al menos uno el objetivo sostenible ¿Cumple o no cumple? Si cumple pasamos al paso dos. Se va a ir evaluando paso a paso hasta que lleguemos a la alineación final de ese proyecto o esa actividad económica”, agregó.

Las otras tres consultorías asociadas se enfocarán en áreas complementarias clave para su correcta adopción y operativización. En primer lugar, se contempla un apoyo técnico especializado para facilitar la implementación en el sector público, fortaleciendo así su integración en políticas, regulaciones y procesos institucionales. En segundo lugar, se está desarrollando una plataforma digital que permitirá a cualquier empresa o institución autoevaluar su grado de alineación con este sistema, promoviendo la transparencia y el acceso abierto a herramientas de diagnóstico. Finalmente, se llevará a cabo un análisis comparativo entre la taxonomía chilena y la de la Unión Europea, con el objetivo de identificar similitudes, diferencias y oportunidades de interoperabilidad.

Respecto de la implementación en el sector financiero, Gutiérrez comentó que la Unión Europea tendrá un rol importante, pues su experiencia con la puesta en marcha de la Taxonomía en otros países es clave para ejecutar el piloto “en cinco o cuatro entidades bancarias”.

La segunda jornada en la UAI contó con la participación de director del Magíster en Negocios Sostenibles de la UAI, Esteban Koberg; el gerente de Calidad y Sostenibilidad de ACCIONA, Flavio Rodríguez, quien compartió la experiencia de la empresa en la adaptación a la taxonomía europea; y el subgerente de Riesgo Sostenibilidad del Banco BCI, Erwin Gerlach, que destacó las ventajas que traerá la adopción de la taxonomía para los bancos y las empresas.